viernes, 7 de junio de 2013



CONCLUSIÓN






Tanto la familia como la escuela nos permiten aprender habilidades, actitudes y valores que faciliten la relación y convivencia con las personas que nos rodean.
Ambas forman parte fundamental del crecimiento y desarrollo de los seres humanos, cada una a su nivel y ritmo.
Primero la familia como base fundamental de este aprendizaje en valores y buenos principios, la formación que los padres den a sus hijos se verá reflejada en el trato que este dé a los demás. En su comportamiento, compañerismo, aprovechamiento escolar, en la socialización del día a día. Los padres no pueden cerrar los ojos y  decir que, no saben porque los hijos son de tal o cual manera, si finalmente ellos son lo que ven, viven y aprenden en casa, teniendo a los padres como ejemplo. Por eso vale la pena ser coherentes con lo que se dice y se hace para no formar una idea errónea y perjudicar en lugar de ayudar.
En la vida diaria nos podemos encontrar con conflictos,  desacuerdos, diferentes intereses, estos son inevitables, y no es que se tengan que erradicar son parte de la vida, se presentan por diversas circunstancias y en diferentes niveles de complejidad; pueden presentarse en: escuela, familia, amigos  o  cualquier grupo  o círculo social en el que se esté. Lo trascendental de esto es como y de qué manera se resuelven los conflictos.




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